¿Qué es el cáncer?
Más allá del diagnóstico: descubre qué es el cáncer y por qué entenderlo es el primer paso para recuperarte”. El cáncer no es una sola enfermedad, sino un conjunto de patologías que comparten un elemento común: la pérdida del control sobre el ciclo de vida celular. Una célula sana sabe cuándo debe dividirse, cuándo debe detenerse y, si acumula daño, y cuándo debe “morirse”. Este proceso es automático, se llama apoptosis y está programado genéticamente. En el cáncer, todo ese sistema de control falla. Antes de continuar te voy a hablar de la apoptosis, la clave de la fisiopatología del cáncer para que puedas entenderlo bien.
Álex Soria
11/4/20255 min read


¿Qué es la apoptosis y por qué es clave?
La apoptosis es el proceso natural de muerte celular programada. Cuando una célula detecta errores graves o envejece, activa un mecanismo interno que la desintegra de forma ordenada y sin causar daño al entorno donde se encuentra la célula.
Esto es fundamental para:
Renovar tejidos (como la piel)
Prevenir mutaciones
Eliminar células defectuosas
En el cáncer, este mecanismo se bloquea. La célula debería morir… pero sigue viva, sigue dividiéndose y sigue acumulando errores. Esto es consecuencia directa de:
Mutaciones en genes como p53 o BAX
Activación de rutas anti-apoptóticas como Bcl-2
Disfunción en receptores de muerte celular (Fas/FasL)
Ahora que ya sabes cómo se origina el mecanismo genético del cáncer, te voy a dar algunos detalles.
¿Qué es lo que realmente falla?
Una célula SANA:
🧬 Recibe señales del entorno a través de hormonas, citoquinas, contacto celular… (son como códigos con un significado)
🧠 Interpreta esa información mediante su material genético (ADN), como si fuera un manual
⚙️ Activa o inhibe rutas que determinan si debe dividirse, reparar daños… o autodestruirse (son como órdenes que se traducen a través de los códigos).
Por el contrario, en una célula CANCEROSA, estas rutas se alteran por mutaciones y disfunciones moleculares, dando lugar a un comportamiento totalmente anormal:
Se divide sin control
Ignora las señales de detención del crecimiento anormal
Evita la muerte celular programada genéticamente, es decir, la apoptosis mencionada anteriormente.
Invade tejidos vecinos
Puede generar nuevos vasos sanguíneos (angiogénesis)
A partir de aquí, existen muchas posibilidades de que el fallo se “escape” del tejido original (el cual se produce de forma “local”) migrando a otros órganos y provocando así lo que se conoce como metástasis (el fallo se produce de forma “sistémica”), es decir, el sistema inmunológico falla y la célula cancerosa migra a otros tejidos del cuerpo.
El papel del ADN, la genética y la epigenética
Antes de continuar, debe quedarte claro que es la genética y la epigenética. Es muy importante que sepas que el ADN está hecho de proteínas principalmente, de forma que los hábitos alimenticios diarios, por ejemplo, pueden condicionar de forma significativa la mutación del ADN.
Mientras que la genética es el conjunto de “instrucciones” que cada persona tiene en su ADN, es decir, un “manual de funcionamiento” del cuerpo que determina cosas como el color de ojos, la altura o la forma en que las células crecen, se dividen o se reparan; la epigenética no cambia el contenido del manual, sino cómo se lee.
Ambos, son mecanismos que le dicen a la célula qué partes del ADN debe activar o apagar según lo que está ocurriendo en el entorno (la alimentación, el estrés, el ejercicio, el sueño y el descanso o las toxinas a las que esté expuesto tu cuerpo), es decir, es como “poner post-its” en ciertas páginas del manual recalcando su importancia para que se lean más… o bien, se ignoren.
Cada célula de tu cuerpo contiene este manual, y está formado por miles de genes que indican cómo debe comportarse la célula, con miles de “pos-it”.
Para que no haya duda:
Genética: contenido del manual
Epigenética: como se utiliza ese contenido (que genes se activan o se silencian)
Todas las instrucciones para el comportamiento celular están contenidas en el ADN (manual), organizado en genes. Estos genes pueden clasificarse en tres grandes grupos cuando hablamos de cáncer:
Genes supresores de tumores: frenan el crecimiento celular anómalo (ej. p53)
Protooncogenes: activan el crecimiento y la división celular cuando es necesario.
Oncogenes: son protooncogenes mutados por error y fallo del ADN
Genes reparadores del ADN: detectan y corrigen errores en la replicación del ADN.
Cuando un protooncogén muta, se convierte en un oncogén: una versión anómala que activa permanentemente la división celular, incluso cuando no hace falta.
Es como si el pedal del acelerador quedara “atascado”, de forma que el pedal de freno no funciona.
En paralelo, si los genes supresores de tumores o los genes reparadores dejan de funcionar (por mutaciones o silenciamiento epigenético), no hay frenos ni mantenimiento en la célula.
Resultado: una célula que solo sabe multiplicarse, ignorando los sistemas de corrección y control.
¿Y qué papel tiene la epigenética?
Además de las mutaciones (errores en la secuencia del manual del ADN), en el cáncer también influyen los mecanismos epigenéticos, que no cambian el ADN, pero modifican cómo se expresa.
Estos mecanismos incluyen:
Metilación del ADN
Modificaciones en las histonas
ARN no codificante
Te cuento con más detalle que es esto de la metilación, las histonas y el ARN.
La metilación consiste en añadir pequeñas “etiquetas químicas”, como cintas adhesivas sobre el ADN, especialmente en regiones donde hay genes importantes.
Imagina que el ADN es un libro de recetas. Cada gen es una receta.
La metilación es como poner cinta adhesiva sobre algunas recetas: están ahí, pero no se pueden leer ni usar.
Este mecanismo sirve para silenciar genes, por ejemplo, para que una célula del hígado no exprese genes del corazón. En el cáncer, la metilación puede volverse anormal y bloquear genes que deberían protegernos, como los que reparan el ADN o inducen la apoptosis (la muerte celular programada).
Por otro lado, las histonas son proteínas en las que el ADN se enrolla, como si fuera una manguera en una bobina. Pero no es una bobina cualquiera: según cómo estén configuradas las histonas, el ADN se enrolla más o menos fuerte, y eso afecta a su lectura.
Piensa en el ADN como una manguera de jardín enrollada en un carrete (las histonas).
Si el carrete está flojo, puedes sacar la manguera fácilmente (leer el gen).
Si está apretado, no puedes sacarla bien, es decir, el gen está “escondido” y no se puede expresar.
Modificar las histonas sirve para que algunas partes del ADN estén accesibles y otras no, como abrir o cerrar capítulos del libro. Así, en el cáncer se producen errores en este sistema: se abren “capítulos” que no deberían activarse, y se cierran otros que son esenciales para el control celular.
Por último, el ARN no codificante son fragmentos de ARN que regulan cómo se usan los genes.
Pueden activar, bloquear o marcar instrucciones genéticas para que se destruyan.
Imagina que estás en una cocina con muchas recetas (genes). El ARN no codificante sería como un chef asistente que dice:
“Esta receta no la uses hoy”; “Esta otra, recórtala a la mitad”; “Esa, tírala porque está mal escrita.”
Ayuda a controlar la cantidad de proteínas que se fabrican y cuándo.
En el cáncer, muchos ARN no codificantes se comportan de forma errática y activan genes peligrosos o silencian los protectores.
Una célula puede tener genes normales… pero si se silencian por mecanismos epigenéticos, actúan como si estuvieran mutados. Por ejemplo: si el gen p53 (súper importante para inducir apoptosis) queda silenciado epigenéticamente, la célula no podrá “suicidarse” aunque esté gravemente dañada.
Ahora que ya sabes como funciona el mecanismo del cáncer, en el próximo post te hablaré sobre cómo puedes ayudar a tu cuerpo a combatir el cáncer y los fallos que se producen en él.
Recuerda que un programa de ejercicio para mejorar tu sistema inmune debe tener como base una evaluación física para planificar tu entrenamiento.
Blog
Consejos, entrenamiento y bienestar personal al alcance.
Contacto
Redes
+34 654 63 87 17
© 2025. All rights reserved.
